miércoles, 16 de noviembre de 2016

Odio a mi suegra.

He de empezar este post diciendo que yo quiero y respeto a mi suegra desde el momento en el que la conocí por el simple echo de ser la madre del hombre de mi vida.
Partiendo de esa base todo el mundo tenemos nuestros más y nuestros menos con nuestras suegras, y con las suegras de nuestras parejas, a veces también...

Hace unos días estaba hablando con unas amigas de nuestra reciente maternidad surgieron anécdotas de suegras y madres, y concretamente, hablando con una de ellas de la reciente maternidad de su hermana, relataba anécdotas muy graciosas, que me hicieron pensar, que por mucho que queramos a nuestras suegras y a nuestras madres, todos los padres primerizos acabamos odiándolas un poco a ambas.

Desde el momento en el que nos quedamos embarazadas todo el mundo, mayoritariamente la parte femenina de la familia, nos da consejos y trucos para sobrellevar el embarazo basándose en su experiencia. Dicho sea de paso que hay como siempre una explicación del porqué que suele ser bastante divertida. Sin ir más lejos, a paparockero en navidad le aconsejaron que no usara su perfume favorito durante el embarazo, porque su tía le cambiaba a su marido cada semana el frasco porque los olores le acababan provocando náuseas.

En esa etapa, bueno, todo el mundo sabe que cada embarazo es diferente y que a cada embarazada le funcionan unas cosas u otras así que si no haces caso a todos los consejos tampoco pasa nada, pero ¿y cuándo llega el bebé? Uy, prepárate porque ahí si que no tienes escapatoria.

Si no tienes todo el día metida en casa a tu madre tendrás a tu suegra, una te dirá que le cojas más en brazos que necesita sentir el cariño, la otra que se va a acostumbrar y luego ya verás. Una te dirá que lo tapes y la otra que si no tiene calor.

Mi suegra estaba obsesionado con taparle, 35 grados a la sombra (si, Berlín en verano parece Sevilla) y diciendo a cada minuto que si sacandole a la calle solo con un body no se iba a constipar..., todo sea dicho el niño iba sudando.

La suegra de la hermana de mi amiga, por ejemplo, vive en un cortijo andaluz, la familia de su marido es típica de campo, y en su casa no hay microondas, por lo visto la muchacha es muy moderna y cuentan que andaba desesperada porque no podía calentar los biberones, a lo que su suegra decía que ella había críado a sus hijos en esa casa y bien hermosos que estaban. Hay que decir que si, los inventos modernos son muy cómodos, pero tampoco hay que hacer un mundo por tener que hacer las cosas a la vieja ausanza.

Otra pareja compuesta de un español y una alemana fueron al pueblo del marido cuando nació el pequeño. Su mujer volvió diciendo que jamás volvería a España, que no podía imaginarse como una persona puede meterse tanto y sin ningún tipo de pudor o discreción en la manera de criar a un hijo. Diferencias culturales supongo.

Mi madre, que también tiene lo suyo a veces, según llegamos a su casa, bajó a recibirnos, nos dio un beso, cogió al niño y nos dijo "ala, subid vosotros las maletas que venís muy cargados".
Y si, ella también estaba obsesionada con algo. Ella no tapaba al niño como mi suegra, no, ella estaba obsesionada con que el niño lloraba. Dejábamos al niño durmiendo en cualquier dormitorio, podía ser el más cercano o el más lejano a la habitación donde estábamos que cada ruido era que el niño lloraba y tenía la excusa perfecta para ir a verlo, y ya que estaba allí darle un besito, motivo por el cual alguna que otra vez el niño se despertaba sobresaltado con el consiguiente berrinche.

Como veis ni madres, ni suegras, ni propias, ni ajenas se libran de tener detalles, que en principio, la mayoría no suponen ningún mal, pero que contando con la irritabilidad del puerperio y el desajuste hormonal a veces nos sacan de nuestras casillas.

Y como éstas podría estar todo el día contanto anécdotas tanto mías como de conocidos pero voy a concluír pidiendo que me contéis ese momento en el que vuestra madre o vuestra suegra os ha sacado de quicio, o esa anécdota que en su momento no os hizo ni pizca de gracia, pero que ahora os hace reír.

Para finalizar sólo diré, que al igual que madre, suegra no hay más que una, que a veces hay que aguantarlas, pero que como no, también hay que quererlas, no nos olvidemos que ellas también aprendieron a ser madres y que ahora tienen que aprender a ser abuelas.


1 comentario:

  1. En mi caso seria mi madre, porque mi suegra no se mete en nada, una santa señora. Pero mi madre si es la típica señora andaluza que tiene en la cabeza unos mitos sobre tapar pies, echar toquillas y demás que es imposible quitar. Si fuera por ella aun le estaria pasando la comida a potitos con 7 años, no se vaya a ahogar! Me trae frita!!!

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