martes, 5 de abril de 2016

La verdad sobre la toxoplasmosis.

Cuando me quedé embarazada, con todos los miedos que ya os conté el otro día, empecé a buscar información sobre todo, en especial sobre una palabra que veía en todos los blog y en todos los videos nombran. La toxoplasmosis. Todo el mundo habla de ella como con miedo pero yo no sabía muy bien qué era.

La definición, según wikipedia es "es una enfermedad infecciosa ocasionada por el protozoo Toxoplastma gondii, un parásito intracelular obligado. La toxoplasmosis puede causar infecciones leves y asintomáticas, así com infecciones mortales que afectan mayormente al feto, ocasionando la llamada toxoplasmosis congénita. También puede revestir gravedad cuando afecta a inmunodeprimidos por el VIH sin tratamiento antiretroviral efectivo".




Vamos, que no me enteré de nada. Seguí indagando y la verdad es que me encontré burradas tales como que los animales, y especialmente los gatos eran un peligro para la salud del futuro bebé, en algunos lugares instaban a alejarse o incluso deshacerse de ellos, pero yo no estaba dispuesta a eso. No podía, y no quería obligarlas a dejar de dormir conmigo, a subirse encima de mi para que las acaricie, de jugar con ellas y achucharlas a todas horas.

Esas no podían ser todas las opciones que había, así que cambié de tercio, dejé de buscar en foros médicos y empecé a buscar en páginas veterinarias. En ese momento es cuando descubrí Terapia Felina y su maravilloso artículo Embarazo, Toxoplasmosis, bebés y gatos para mi supuso la salvación, ya me veía dejando a mis pobres gatunas encerradas en una habitación durante 9 meses. Gracias a Laura entendí claramente que era la toxoplasmosis, que no había ningún peligro porque mis gatunas hacía ya algo más de un año que no salían a la calle porque vivíamos en un piso y no en un bajo como anteriormente, por si acaso de la limpieza del arenero se encargaría paparockero, pero podríamos seguir haciendo vida normal.


Adoptar a las gatunas fue una decisión muy importante para nosotros, nos recorrimos dos mil kilómetros parando cada hora y media/dos horas para que pudieran estirar las patas porque sólo tenían un mesecito cuando nos vinimos para Alemania, cada vez que vamos a España de vacaciones nos encargamos de que alguien se asegure de que nos les falte de nada y nuestra mayor preocupación es si estarán bien ellas solitas en casa, por suerte al ser dos, si que notan nuestra ausencia, está claro, pero están más entretenidas y nunca están solas. Tanto paparockero como yo teníamos claro que haríamos lo que fuera necesario, porque ellas eran, son y van a seguir siendo parte de la familia por muchos años.


Os invito a que os paséis por Terapia Felina tanto si tenéis un pequeño gatuno, como si no. Para mi se ha convertido en una página de referencia cada vez que mis pequeñas se vuelven locas por algo o cuando me apetece aprender algo nuevo para hacer mejor nuestra convivencia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario