El
tema del colecho últimamente está muy de moda, y como no, todo el
mundo tiene una opinión al respecto y ante la llegada de un bebé
siempre está la pregunta que te haces tú mismo y que te hacen los
demás. ¿Vas a colechar?
Para
nosotros en un principio era una opción ideal, la cuna la iban a
traer mis suegros y no sabíamos si la tendríamos aquí antes de la
llegada del elefantito, tenemos una cama de metro ochenta así que
por espacio no era y viendo las experiencias de blogeras e instamamis
a las que sigo parecía cómodo, fácil y práctico, pero luego nos
pusimos a pensar.
Paparockero
tiene y emana un calor infernal sea la época del año que sea, ya
puede estar nevando fuera que éste hombre en la cama siempre tiene
calor, y yo que me muevo más que un gusano, no éramos buena
combinación para tener a un bebé en medio.
La
primera noche durmió en el capazo, después de volver del hospital
mi pobre estaba rendido, y aunque mis suegros ya habían llegado eran
las 5 de la mañana y como os podéis imaginar la cuna no estaba
montada. El segundo día colocamos la cuna, aunque no en mi lado de
la cama, pues la cuna que nos habían prestado, y la que actualmente
tenemos es de las antiguas, de madera, con patas de mecedora, por lo
que tuvimos que ponerla a los pies de la cama.
Al
principio, las primeras tres semanas, como estaban mis suegros en
casa, el niño dormía en el capazo, teníamos el carro en el salón
y así resultaba más cómodo para todos, le podíamos vigilar y el
niño estaba cómodo. Pero cuando llegaba la noche y había que
pasarle a la cuna no había lugar a la equivocación, en el momento
en el que su cuerpito tocaba el colchón a llorar, le dejabas en
nuestra cama y sin problema. Al principio pensamos que podía ser que
el colchón no le gustara porque fuera demasiado duro o algo, pero al
cumplir el mes llegamos a España, otra cuna, otro colchón, mismo
problema.
Tanto
en nuestra cama, como en la de mis padres se quedaba dormido sin
ningún problema, pero no había manera de que lo hiciera donde
debía, aunque habíamos progresado, una vez dormido no había
problema para cambiarle de un sitio a otro.
Volvimos
a Berlín y seguíamos pegándonos cada noche, cada siesta y seguía
sin haber manera, hasta que descubrimos por qué. El pequeño ha
salido a su madre y se mueve una barbaridad por la noche y la cuna no
le gusta ¡porque pega con los barrotes! Al estirarse da con las
manos en las chichoneras y no le gusta notarse aprisionado, por lo
que se ve. Para pasar un ratito viendo el móvil o jugando pase, pero
para dormir no le gusta la cuna.
Así
que hemos acabado colechando, en contra de las ordenes de la pediatra
del hospital, porque no fueron sugerencias, fueron órdenes, y
bastante concisas todo sea dicho. El niño en su cuna, en nuestra
habitación, pero en su cuna, sin juguetes, ni mascotas, ni mantas,
ni absolutamente nada, él, en la cuna, con el saco de dormir, punto.
Pero ya sabemos que cada uno con sus cadaunadas, como digo yo.
En
definitiva, nosotros colechamos a medias. Durante el día las siestas
se hacen en la cama de mamá con las almohadas de protección en los
bordes para no caerse, y por la noche paparockero le duerme en la
cama, cuando nosotros nos vamos a acostar le pasamos a la cuna, pero
después de la primera guardia, sobre las 4 de la mañana, acaba
quedándose con nosotros.
Según
mi experiencia solo os puedo recomendar que sigáis vuestro instinto
y las preferencias de vuestro pequeño. Por mucho que os digan que le
podéis aplastar o que hay riesgo de un golpe de calor; yo tengo
comprobado que cuando el niño duerme entre nosotros me muevo menos
durmiendo, y que a la mínima que tengo calor compruebo su
temperatura. Al principio parapetábamos el centro de la cama con el
cojin de lactancia para no correr riesgos, después nos dimos cuenta
de que era más incordio que otra cosa, el niño se sentía igual de
enjaulado que en la cuna y nos quitaba un valioso espacio a los tres.
A
fin de cuentas puedo decir que sí, nosotros colechamos, y aunque a
veces es incordioso y que se echa de menos dormir abrazada a
paparockero, es una maravilla el abrir el ojo y ver que padre e hijo
son iguales, duermen en las mismas posturas e incluso hacen las
mismas muecas.
¿Que
opinión tenéis vosotros sobre el colecho? ¿Lo practicáis? ¿Cómo
os va?
A nosotros la matrona nos ha comentado que no hay apenas peligro si el bebé duerma en su cuna, pero que si está en medio de los dos debemos tener mucho cuidado ya que el riesgo de muerte súbita aumenta mucho.
ResponderEliminarAsí que por el momento tengo pensado colechar pero con el bebé en su cunita pegada a nuestra cama.
Lo que no se, es si optar por una cuna de madera o de tela, ya que por lo que he podido ver cada vez hay más cunas de colecho.
http://www.lahabitaciondemibebe.com/cunas-colecho-para-bebe-ventajas-opiniones-mejores-marcas/
La elección de la cuna es más personal, ahi sólo puedo decirte que con las de tela hay que tener cuidado cuando el niño empieze a moverse no saque nada de su sitio, y que las de madera son propensas a los chichones, así que lo que mejor se te acople y con lo que más conforme te sientas.
EliminarY si, tu matrona tiene mucha razón, al dormir entre los dos hay mayor riesgo de todo, de muerte súbita, de golpe de calor, de asfixia, de aplastamiento. Es cierto, pero también es cierto que, al menos nosotros, cada vez que nos vamos a mover, nuestro subconsciente nos despierta, que no tapamos al niño con la misma cantidad de mantas, es decir, si nosotros tenemos dos el niño tiene una, porque con nuestro calor corporal si no sería demasiado...
Simplemente, el mejor consejo que te puedo dar es que te guíes por tu instinto.
Un besito.